ENTOMOFOBIA

La entomofobia es el miedo a los insectos. Probablemente esta es la fobia a animales más extendida.
Las reacciones de los entomofóbicos frecuentemente son muy irracionales incluso al propio afectado.
Éstos evitan cualquier sitio donde crean que habitan insectos.

Gabriel Insuasti
20 años
Estudiante
Quito
Agitación, taquicardia, gritos y hasta incuso llanto. Eso es lo que siente Gabriel Insuasti al ver una cucaracha así sea muy de lejos. La fobia a las cucarachas no tiene un nombre específico, pero los psicólogos la añaden a una fobia más grande, la fobia a los insecto o entonofobia.
Gabriel no sabe cuándo empezó este enorme temor hacia este insecto. “De pequeño no tuve ningún problema con nada, recuerdo que veía las cucarachas y me daba lo mismo”. Él recuerda que su primer momento de pánico con una cucaracha fue en quinto curso.
Era un día normal de colegio, Gabriel salió de casa y llegó a clases normalmente. El día pasaba como siempre, sin nada fuera de lo común. A la sexto hora clase tuvo que ir, junto a sus compañeros, al laboratorio de Química, para realizar una práctica. Ahí, el profesor le asignó que sacara todo el material de las repisas. Mientras llevaba el instrumental a la mesa, se percató de un cosquilleo que subía por su brazo izquierdo. No le prestó mayor atención hasta llegar a la mesa, donde se intentó rascar y sintió al animal sobre su piel; era una cucaracha.
Su reacción fue sumamente drástica. Gabriel tuvo un ataque de desesperación; lanzó a piso todo lo que tenía cerca, rompió el instrumental (tubos de ensayo, vasos, pipetas, etc), lanzó sillas, todo, mientras lloraba y gritaba sin cesar. Esto llegó a un punto en el que Gabriel sufrió un leve desmayo. “No sé qué me pasó, pero, por un tiempo, ahí todos pensaban que estaba loco o había algo malo conmigo”.
A partir de este evento que lo hizo percatarse de su problema, ha tenido varios episodios de menor gravedad.
“Cuando se enteraron en la universidad que me atemorizaban las cucarachas, empezaron a jugarme pequeñas bromas (porque pensaban que no era tan grave); pero luego de ver mi reacción una o dos veces, no lo volvieron a hacer nunca más”
Para Gabriel no es tan complicado vivir con esta fobia, cuenta que no abundan las cucarachas en su vida. “Lo bueno de esto es que casi no hay cucarachas en mi entorno, muy rara vez veo una y con eso es suficiente”.
Al ver una cucaracha, así sea un la televisión o en fotografías, Gabriel empieza a hiperventilar, seguido por un muy notorio estado de alerta (músculos tensos, ojos bien abiertos, postura preparada para cualquier eventualidad) y unas grandes ganas de salir corriendo, según nos cuenta. “Si veo uno de esos bichos del demonio me pongo pésimo, pero si empieza a volar todo deja de importar y yo muero, casi literalmente”.
Gabriel trata de hacer su vida como todos. Evita hablar sobre esta fobia con la gente porque la gente empieza a tomarlo como chiste y lo exponen a situaciones incómodas, o porque simplemente la gente no lo entiende, según él lo dice, y empiezan a hacer preguntas que para el mundo son básicas pero para él caen en lo absurdo, como “¿por qué te dan miedo si no hacen nada?” o ”deberías toparlas, así se te quitaría el miedo, no ves que son solo cucarachitas”.
Implicaciones Familiares





Andrés Guerrón
Primo de Gabriel